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Indica y sativa: sólo para confundirnos

Clasificacion indica sativa

En la industria de la marihuana, es habitual la clasificación por diferencias entre indica y sativa. El efecto indica se asocia popularmente con la relajación y el alivio del dolor, mientras que al cannabis llamado de tipo sativa se le atribuyen efectos estimulantes. No obstante, la separación entre indica y sativa es, muchas veces, inexacta y confusa. En el presente artículo, ahondamos en la materia.

Una especie botánica: Cannabis sativa

Primero de todo, haremos una referencia a la denominación científica que reciben todas las plantas de cannabis, incluidas el cáñamo y la marihuana: Cannabis sativa L. En este caso, “sativa” hace referencia a la especie botánica y no guarda ninguna relación con el efecto o sensaciones que produce en el organismo el consumo de la misma.

Quien describió por primera vez a la especie de planta Cannabis sativa L. fue Carolus Linnaeus en 1753, que conocía a las plantas de cáñamo que eran cultivadas en Europa [1]. Unos años después, en 1785 Jean-Baptiste Lamarck describió lo que él creía era otra especie del género Cannabis, con plantas de la India, a las cuales denominó Cannabis indica [1]. La diferencia principal entre las plantas de C. sativa descritas por Linnaeus y por Lamarck en ese tiempo, responde a las diferencias entre el cáñamo y la marihuana que vimos en una ocasión anterior. 

Actualmente, Cannabis sativa es una única especie y la denominación botánica Cannabis indica es obsoleta. Además, también se ha descubierto que la planta del cannabis presenta una gran variabilidad tanto en su material genético (variación genotípica) como en sus características físicas (variación fenotípica) [2-4]. No obstante, las palabras “índica” y “sativa” deambulan por la industria. Pero, ¿realmente existen tales agrupaciones dentro de la especie de C. sativa? y, ¿estas agrupaciones determinan los efectos que sentimos al consumir la planta?  

¿Existen tipos de cannabis dentro de la especie Cannabis sativa? 

Sí, la especie Cannabis sativa tiene diferentes agrupaciones o linajes. Sabemos de al menos dos linajes de plantas tipo marihuana, que se usan médica o recreativamente. También conocemos al menos un linaje de plantas tipo cáñamo [3, 5, 6].

Sabemos también, que la planta de C. sativa se puede usar para gran cantidad de aplicaciones, entre las que se encuentran la medicina, alimentación, papel, ropa, pinturas, productos de aseo personal, material de construcción y material aislante, plásticos, baterías y biocombustible, entre otros [7]. 

Como pueden ver, podríamos construir nuestras viviendas y automóviles, hacerlos funcionar, limpiarnos, vestirnos, comer y fumar de la misma planta. Y eso se debe a la enorme variedad genotípica y fenotípica del cannabis, que permite desarrollar distintos linajes de plantas para diversas finalidades.

Variación fenotípica de la planta Cannabis sativa

La planta de Cannabis sativa presenta una extraordinaria variación fenotípica, es decir, apariencias físicas distintas. Hay variación en altura de la planta y en las características de la hoja (ej. ancho y número de folíolos) [4], en la producción de cannabinoides y terpenos [8], en tiempo de floración [9], ¡y también en la apariencia de sus cogollos! Toda esta variación fenotípica explica por qué la planta es tan versátil en sus usos.

Variación genotípica de la planta Cannabis sativa

La planta del cannabis también presenta una gran variación genética (en el ADN, el genoma o material genético). Aunque no ha habido comparaciones exactas, al menos en algunas partes de su genoma, Cannabis sativa puede tener más diversidad que otras especies de plantas cercanas [10].  Probablemente, esta variabilidad genética del cannabis lleva a su variación fenotípica, que a su vez conlleva de nuevo a la multitud de usos que tiene la planta.

“Sativa” vs “indica”:  sólo para confundirnos

Por todo lo explicado anteriormente, C. sativa es una única especie, y las agrupaciones ‘indica’ o ‘sativa’ de cogollos con características fenotípicas particulares no son correctas.

Los rasgos físicos (fenotipo) del cannabis no son un buen indicador del efecto que puede producir en el cuerpo. 

No es posible clasificar el efecto que producirá en el cuerpo el consumo de marihuana o cannabis CBD sólo por la forma o el color de sus hojas, la altura de la planta o por la riqueza en algún componente tipo cannabinoide o terpeno

Diferencias entre marihuana indica y sativa
Las diferencias entre marihuana indica y sativa no son evidentes a simple vista.

Las denominaciones «sativa» e «índica» son imprecisas

Primero, sabemos que la clasificación actual entre “sativa” e “índica” no está relacionada al quimiotipo o compuestos químicos que contiene la planta [8]. El conjunto de compuestos que se encuentran en una planta nombrada comercialmente como “sativa” son completamente independientes a aquellos compuestos que se encuentran en otra planta también denominada coloquialmente “sativa”, o en alguna denominada “indica”. En otras palabras, los compuestos bioquímicos que produce la planta son independientes a las agrupaciones comercialmente atribuidas al efecto indica y sativa [8]. 

Por lo tanto, no hay una morfología específica de cannabis que determine su perfil cannabinoide, terpenoide o flavonoide, lo cual hace imposible clasificarlo a simple vista como efecto sativa (estimulante) o indica (relajante). Es decir, estas agrupaciones comerciales no están basadas en el quimiotipo de la planta, y, otras características fenotípicas, como lo son la altura, o las características de la hoja son independientes del quimiotipo. Entonces, queda la duda, si realmente estas denominaciones comerciales describen los efectos al consumir las diferentes variedades de C. sativa.

Además, las plantas designadas como “sativa” o “indica” no necesariamente están relacionadas en su genoma. Estas denominaciones podrían ser completamente independientes de la relación que existe entre los individuos. Por lo tanto, dos plantas “sativa” pueden ser igual o menos relacionadas genéticamente a una “sativa” o a una “indica” [3, 6].

El efecto indica o sativa no tiene relación con el contenido en cannabinoides como el THC o el CBD

Al parecer, ni el contenido en THC, ni el contenido en CBD u otros cannabinoides, determinan un efecto relajante o estimulante del cannabis. Se necesita mucha investigación para entender la relación entre los compuestos del cannabis, sus combinaciones, y los efectos que éstos producen al consumirlos. 

Las diferentes características fenotípicas, como son el color de la planta, el tamaño y forma de las hojas, la cantidad y tipo de cannabinoides y terpenos que contiene, su altura, y su supuesta proveniencia, no están correlacionados con estos grupos “sativa” o “indica” [4].

Estas características físicas no están asociadas la una con la otra, y, por el proceso biológico de la recombinación, se pueden romper estas asociaciones, si es que en algún momento existían. Entonces, una planta alta con una hoja angosta puede tener alto contenido en THC, y una planta baja con hoja ancha también puede ser rica en THC y tal vez ambas puedan producir un efecto similar. Todas estas características son independientes. En otras palabras, puedes ser alto, con ojos azules y pelo de color castaño; o alto, con ojos café y pelo de color negro. Estas características son independientes la una de la otra.

Por lo tanto, “sativa” e “indica” son términos comerciales que utilizan los vendedores de cogollos para designar un efecto sedativo o energético de la marihuana, pero no corresponden necesariamente con una morfología o composición determinada, ni son un buen indicativo del tipo o cantidad de cannabinoides. Tampoco se sabe si realmente estas denominaciones comerciales están relacionadas a los efectos que produce el producto al consumirlo ya que no hay estudios al respecto. Ocurre lo mismo con las denominadas “híbridas”, que supuestamente son cruces entre las “sativa” e “indica”.

“Sativa” e “indica” son términos comerciales que utilizan los vendedores de cogollos o dispensarios para designar un efecto sedativo o energético de la marihuana, pero no corresponden necesariamente con una morfología o composición determinada.

¿Cómo agrupar los efectos de consumir una variedad de cannabis?

Entonces, ¿Cómo hacemos para agrupar o referirnos a los efectos que buscamos cuando queremos consumir alguna variedad de C. sativa? Es bastante comprensible que los consumidores de cannabis (C. sativa), particularmente los que buscan sus beneficios médicos, quieran especificar los efectos que buscan conseguir del consumo de la planta. Es por ello por lo que algunos dispensarios adoptaron cierto lenguaje como variedades que te hacen sentir activo y enérgico, o pasivo y calmado, en vez de sativa e indica.  

Tal vez sea menos confuso describir las cepas con adjetivos de cómo nos hacen sentir, como “energético” o “sedativo”, en vez de usar las denominaciones sativa, índica o híbrida.

Además, hay muchos otros factores que pueden afectar a cómo se siente una persona después de consumir marihuana, como la variedad y el método de consumo. Los consumidores de marihuana deben experimentar para encontrar lo que mejor les funciona.

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¿Existen compuestos del cannabis relacionados con un efecto relajante y estimulante?

La planta Cannabis sativa produce una cantidad de compuestos entre cannabinoides, terpenos y flavonoides, entre otros, y muchos de estos podrían estar relacionados con diferentes efectos en el organismo. Ahora, en C. sativa, no sabemos exactamente cuáles son los fitoquímicos responsables de efectos en particular, especialmente porque la planta produce muchísimos y las variedades difieren en el tipo, tasa, y conjunto de estos compuestos.  

El cannabis produce gran variedad de compuestos, como cannabinoides y terpenos, cuya interacción entre sí podría dar lugar a diferentes efectos sobre el organismo. Es lo que se conoce como efecto séquito.  

El efecto séquito: ¿clave en los efectos relajantes o estimulantes del cannabis?

Hay quienes proponen al efecto séquito (entourage effect, en inglés), como el conjunto de compuestos actuando en unísono para producir un efecto en particular [11, 12]. Todos los compuestos que produce la planta, que pueden llegar a ser cientos, dependiendo de cómo se cuenten, podrían estar actuando en conjunto para producir un efecto que se ha denominado como el “efecto séquito”.  

 Aunque aún no tenemos evidencia fehaciente que apoye este efecto séquito, sí sabemos que el CBD y el THC pueden llegar a tener acciones contrarias en nuestro sistema endocannabinoide. También, se sabe que el consumir THC sólo aislado puede llegar a ser poco placentero y que las sensaciones mejoran cuando se administra junto con el CBD [13, 14]. Estos resultados sugieren que al menos estos dos cannabinoides pueden estar actuando acorde para producir efectos en particular. 

Anecdóticamente, dicen que puede haber variedades que, aunque tengan menor cantidad de THC de por ejemplo, sólo el 18%, pueden ser más psicoactivas que otras variedades con mayor cantidad de THC, de por ejemplo el 28%. Esto podría ser debido a la presencia de otros compuestos, incluyendo el CBD y los terpenos. Claro está, que estas anécdotas hay que estudiarlas de manera metódica, para entender si esto es realmente una posibilidad.  

Quimiotipos de Cannabis sativa para clasificar los tipos de planta y sus efectos

Las variedades de cannabis difieren en sus quimiotipos o composición química, como cannabinoides y terpenos que producen. De estos compuestos depende en gran parte el efecto que tendrá la planta sobre el organismo. Aunque algunos proponen clasificar a las plantas con una especie de “código de barras” que indique el conjunto de compuestos que contiene y su abundancia, ¿será esta la mejor manera de clasificar a estas plantas? 

Esta pregunta surge por varias razones. Primero, porque cada vez encontramos más compuestos diferentes en la planta. Hay unos cannabinoides nuevos como lo son el THCP [15], ¡y el último que llegó a mi vida la semana pasada fue el HHC! Por lo tanto, ¿Qué tal que en algunos años, o tal vez mañana, descubramos otro nuevo compuesto? ¿Nos dañaría entonces este nuevo compuesto la clasificación por quimiotipo? O qué tal, que haya un compuesto que un laboratorio no alcanzó a medir porque se encuentra en muy pequeñas cantidades, ¿dañaría entonces esto nuestro esquema de clasificación?

¿Sabemos realmente qué efecto tienen los componentes del cannabis en el cuerpo?

Por último, no sabemos exactamente cómo actúan estos compuestos en el organismo y si en realidad estos tienen grandes efectos en nuestras sensaciones. Por ejemplo, sabemos que en los efectos del alcohol hay diferencias dependiendo de si comimos, de nuestro estado de ánimo, incluso en el sexo [16, 17] y la raza [18]. ¿Existirá esto para el consumo de cannabis también?

En otras palabras, ¿sería diferente el efecto del cannabis si se toma después de haber comido, o si no hemos dormido? Y, sobre aquel compuesto en pequeñas cantidades del que indagamos arriba, ¿tendrá efectos en nuestras sensaciones, pese a sus pocas cantidades?

Hay muchos otros factores que pueden afectar a cómo se siente una persona después de consumir marihuana. Los consumidores de marihuana deben experimentar para encontrar lo que mejor les funciona. 

A medida que avance la investigación en Cannabis sativa, también conoceremos más respuestas a estas incógnitas. Espero haya sido de tu agrado este escrito sobre los nombres coloquiales “indica” y “sativa” y que hayas quedado con deseos de aprender más sobre esta interesante plantica.

Referencias
  1. Watts, G., Science commentary: Cannabis confusions. BMJ: British Medical Journal, 2006. 332(7534): p. 175.
  2. Kovalchuk, I., et al., The Genomics of Cannabis and Its Close Relatives. Annual Review of Plant Biology, 2020. 71.
  3. Vergara, D., et al., Genetic and Genomic Tools for Cannabis sativa. Critical Reviews in Plant Sciences, 2016. 35(5-6): p. 364-377.
  4. Vergara, D., et al., Widely assumed phenotypic associations in Cannabis sativa lack a shared genetic basis. PeerJ, 2021. 9.
  5. Vergara, D., et al., Genomic evidence that governmentally produced Cannabis sativa poorly represents genetic variation available in state markets. Frontiers in plant science, 2021: p. 1502.
  6. Sawler, J., et al., The Genetic Structure of Marijuana and Hemp. PloS one, 2015. 10(8): p. e0133292.
  7. Ahmed, A.F., et al., Hemp as a potential raw material toward a sustainable world: A review. Heliyon, 2022: p. e08753.
  8. Smith, C.J., et al., The Phytochemical Diversity of Commercial Cannabis in the United States. bioRxiv, 2021.
  9. Stack, G.M., et al., Season‐long characterization of high‐cannabinoid hemp (Cannabis sativa L.) reveals variation in cannabinoid accumulation, flowering time, and disease resistance. GCB Bioenergy, 2021. 13(4): p. 546-561.
  10. Pisupati, R., D. Vergara, and N.C. Kane, Diversity and evolution of the repetitive genomic content in Cannabis sativa. BMC genomics, 2018. 19(1): p. 156.
  11. Russo, E.B., Taming THC: potential cannabis synergy and phytocannabinoid-terpenoid entourage effects. British Journal of Pharmacology, 2011. 163(7): p. 1344-1364.
  12. McPartland, J.M. and E.B. Russo, Cannabis and cannabis extracts: greater than the sum of their parts? Journal of Cannabis Therapeutics, 2001. 1(3-4): p. 103-132.
  13. Carter, G.T., et al., Cannabis in palliative medicine: improving care and reducing opioid-related morbidity. American Journal of Hospice and Palliative Medicine, 2011: p. 1049909111402318.
  14. Calhoun, S.R., G.P. Galloway, and D.E. Smith, Abuse potential of dronabinol (Marinol®). Journal of psychoactive drugs, 1998. 30(2): p. 187-196.
  15. Citti, C., et al., A novel phytocannabinoid isolated from Cannabis sativa L. with an in vivo cannabimimetic activity higher than Δ9-tetrahydrocannabinol: Δ9-Tetrahydrocannabiphorol. Scientific reports, 2019. 9(1): p. 1-13.
  16. Kerr-Corrêa, F., et al., Patterns of alcohol use between genders: A cross-cultural evaluation. Journal of Affective Disorders, 2007. 102(1-3): p. 265-275.
  17. Thomasson, H.R., Gender differences in alcohol metabolism. Recent developments in alcoholism, 2002: p. 163-179.
  18. Lee, H., et al., Asian Flushing: Genetic and Sociocultural Factors of Alcoholism Among East Asians. Gastroenterology Nursing, 2014. 37(5): p. 327-336.